Diario de Morelos

DEL CRONISTA .......

Juan José Landa Ávila

El 5 de febrero de 1917, Venustiano Carranza celebró dos acontecimientos históricos: La salida de nuestro país de la expedición punitiva yanqui, que penetró al territorio mexicano para capturar al terrorista Pancho Villa, quien fue perseguido durante 11 meses sin poder capturarlo, debido a que conocía como la palma de su mano la superficie terrestre por donde huía y las comunidades por donde pasaba lo protegían. La evacuación de los yanquis fue un acuerdo tomado por el presidente Wilson de los Estados Unidos y el presidente Carranza, quien a través de sus enviados a Washington logró su cometido y se quitó un peso de encima. El segundo acontecimiento que celebró Carranza fue la promulgación en Querétaro de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, suceso con el que culminó su trayectoria revolucionaria como luchador, militar, político, reformador y estadista.

Mi tío abuelo Antonio Castellanos Cano, fue de la gente cercana y subordinado de Venustiano Carranza entre 1915 y 1920. Varias veces me platicó sobre la personalidad de su jefe y de episodios de la trayectoria del ejército constitucionalista, conocido como carrancista. La información es fidedigna ya que concuerda con lo publicado en los libros de historia, pero en este caso son relatos de uno de sus protagonistas. Mi tío abuelo fue miembro del equipo del connotado político veracruzano Heriberto Jara, y por ser compañero de este personaje fue como mi tío abuelo llegó al círculo de hombres cercanos a Carranza, que fueron numerosos y de distintas entidades del país. Jara fue de los hombres de confianza de Carranza. Antonio Castellanos Cano se desempeñó como burócrata en el Edificio de Faros, sede del gobierno carrancista en Veracruz.

Estos son los relatos que mi tío abuelo me platicó a sus 85 años de edad: “Don Venustiano Carranza fue el mexicano más brillante de la revolución mexicana. Sobresalió más que otros caudillos como Madero, Villa y Zapata. Don Venustiano era un hombre íntegro, honesto, recto, instruido, culto y 100% político. De los recuerdos que tengo de él fue cuando acababa de ser electo presidente constitucional de México y llamó a su despacho a un grupo de sus colaboradores que lo apoyaron durante su estancia en Veracruz. Y pidiendo que nos formáramos en fila, a cada uno nos entregó de regalo un estuche que contenía un revólver marca colt, que he conservado toda mi vida y que ahora lo tiene mi sobrino Joaquinito Landa Castellanos (padre del autor de este artículo). Don Venustiano era un hombre fuerte, disciplinado y gozaba de buena salud. Plan que se le venía en mente lo concretaba. Hombre dotado de gran inteligencia y gran sapiencia. Medía 1.85 de estatura, cuando proclamó la rebelión tenía 53 años de edad, de tupida barba blanca con destellos rojizos, pocas veces sonreía y poseía una tenacidad invencible; lo llamaban El Varón de Cuatro Ciénegas, como se llamaba el pueblo donde nació. En su juventud fue un luchador aguerrido y exitoso; por eso él fue el caudillo triunfador del movimiento revolucionario que empezó con el derrocamiento de la dictadura porfirista y finalizó con el derrocamiento de la usurpación huertista. De las acciones más importantes que realizó durante sus campañas militares por gran parte del país y las que realizó como presidente fueron primero, siendo gobernador de Coahuila en marzo de 1913 creó el ejército constitucionalista con el que empezó la rebelión apoyado por el congreso estatal; y poco a poco comenzó a convocar para la lucha a aliados leales y afortunadamente se le unieron valiosos compañeros con similitud de ideales por la causa revolucionaria, que era la de restablecer el orden constitucional en todo el país, para lo cual proclamó el Plan de Guadalupe, donde especifica que lo más importante era derrocar al usurpador Victoriano Huerta, quien se hizo presidente obligando a renunciar a Madero y al vicepresidente Pino Suárez para después matarlos. Posteriormente cuando creció el ejército constitucionalista con miles de soldados, dividió sus fuerzas en tres poderosas divisiones, comandadas por tres genios de la guerra; la división noreste se la asignó a Pablo González, la división norte a Pancho Villa y la división noroeste se la dio a Álvaro Obregón. Sólo Villa después desconoció a Carranza, pero Obregón le fue fiel hasta el derrocamiento del huertismo y la aniquilación del villismo. Pablo González por su parte deshizo el movimiento zapatista. El clímax de Carranza se concretó el 20 de agosto de 1914, cuando hizo su entrada triunfal a la ciudad de México con la investidura de Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, al frente de miles de soldados de las tres armas de su victorioso ejército; de esta forma se posesionó de Palacio Nacional, y entonces fue ratificado como titular provisional del poder ejecutivo de la nación. La acción más importante que hizo Carranza al empezar a despachar en Palacio Nacional, fue enviar una comisión para tratar una alianza con el ejercito libertador del sur, que comandaba el caudillo agrarista Emiliano Zapata Salazar. Dicha comisión la integraron tres connotados asesores y consejeros del presidente, Luis Cabrera, Antonio Villareal y Juan Sarabia, otrora destacados militantes del movimiento magonista. Dichos comisionados se trasladaron a finales de agosto a Cuernavaca, donde tenía Zapata su cuartel general. Los comisionados fueron recibidos por los asesores de Zapata Manuel Palafox y Antonio Díaz Soto y Gama; Zapata no se encontraba en la capital morelense a pesar de que estaba enterado de que esa comisión llegaría a buscarlo para negociar. Para no hacérselas tan larga, después de una primera negociación llegó Zapata y de acuerdo con Palafox y Soto y Gama no aceptó pactar con Carranza, porque según ellos ya tenían tratos epistolares con Pancho Villa. Habiendo sido un fracaso la negociación por la intransigencia de los zapatistas, los enviados carrancistas se regresaron a principios de septiembre a la ciudad de México. Dice mi tío abuelo que al enterarse Carranza del resultado adverso de la negociación comentó: Se van arrepentir los zapatistas por confiar en el traidor de Pancho Villa. Y decía mi tío abuelo que Zapata debió pactar con Carranza para evitar una guerra de aniquilamiento, como la que vivieron los morelenses de 1916 a 1919. Después de permanecer Carranza en Veracruz hizo una gira por varios estados para finalmente regresar a la ciudad de México en 1917, donde convocó al congreso constituyente que elaboró la Carta Magna.”

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2023-02-05T08:00:00.0000000Z

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