Diario de Morelos

ACLARACIÓN

Sobre el oficio editorial hay un mundo de situaciones; buenas y malas noticias, aciertos, errores y su inefable ‘fe de erratas’. También hay anécdotas dignas de hacerse cuento.

José Limon Twitter @Limehero

Jonathan es un niño muy conocido en el barrio. Tiene diez años, es morenito de pelos de ‘aguacero’ y le cae bien a todo mundo por servicial y ocurrente.

Como todos los fines de semana en que no hay escuela, vagabundea divertido en un viejo patín del diablo. Conoce las calles, las gentes y se siente seguro dentro de la atmósfera de la colonia, lugar en el que es un personaje con vida propia.

Avanza rápido, aprovechando la inercia de las ‘bajaditas’, pero sin dudar en detenerse a patear un bote, curiosear, saludar amigos u observar en la banqueta a las lagartijas que se asolean y huyen al verlo.

Retoma su patín y toma impulso para llegar en el último jalón a la entrada de los talleres de un periódico popular de la región. Recarga su vehículo en el portón y, tras dudar unos segundos, se estira para tocar insistentemente el timbre. Un joven treintañero que funge como vigilante se asoma por una ventana...

-¿Qué onda pinche Yoni, qué chingaos quieres? Deja de estar jugando con el timbre, ya le dije a tu tía que luego le pago.

El jovencito responde sonriendo: -Buenas, mi Fer, no vengo de parte de mi tía, quiero ver si puedo hablar con el señor de la policiaca... ¿Me echas la mano?

-Jajajá, ¿y se puede saber cómo pa’ qué lo quieres?-, contesta divertido el guardia. -Vengo a aclarar una cosa. -Ah chingao, chingao, ora sí que mejoró la cosa... ¿Y qué quieres reclamar? ¿Crees que es tu papá o qué madres?

Indignado, Jonathan replica: -No manches, ya sabes que mi papá está en el ‘otro lado’.. ¿Pero entonces qué, sí me das chance?

-Cómo crees, chamaco, yo no puedo estar molestando a los jefes. Pero si quieres, nada más porque me caes bien y tu tía me fía las memelas, dame a mí el recado y yo se lo doy a la secre al rato que llegue de comer.

Inseguro, el niño razona la propuesta y comenta apenado: -Es que ayer se equivocaron en la Policiaca y ya mis cuates me han estado quemando muy feo. -¡Ah chingao!... ¿en dónde?responde genuinamente sorprendido el vigilante.

-Es en la nota del niño que provocó un accidente...

-¡Ah, ya sé! ¡No manches! ¿tú fuiste el cabroncito que hizo todo ese desmadre del que hablan los vecinos?.

Gesticulando nervioso y con los ojos desorbitados, el niño argumenta: -Sí, pero no fue como lo pusieron en el periódico... bueno sí, pero no exactamente. -¡Uy sí, cómo no!... eso dicen todos los cabrones después de que hacen sus chingaderas-, reacciona el empleado fingiendo enojo pero a la vez mostrando interés.

-No, mi Fer, de verdad se equivocaron. Digo, ustedes son un periódico muuuy importante y por eso es bueno aclarar las cosas. Verás, mmm... ¿Cómo te digo? Mira, casi todo lo que escribieron está bien, sólo hay algo que no es cierto...

El vigilante lo Interrumpe: -¡Sí, sí, déjame adivinar, tú no fuiste, tú nomás ibas pasando!

Esa historia ya me la sé... ¿Sabes qué chamaco?.. mejor llégale, si no mando traer a la patrulla. -No seas gacho, Fer. Si no me dejas hablar con alguien me voy a quedar aquí todo el día hasta que vea entrar o salir a uno que parezca jefe y le voy a decir todo, y cuando se entere a ti te van a regañar. Además le voy a decir a mi tía que ya no te fíe y te cobre lo que le debes...

Jugando su papel en lo que considera un asunto sin importancia, el vigilante responde conciliador: -¡Cálmate, no hagas iris! Mira, si me lo dices a mí te aseguro que yo paso tu mensaje. Es más, vente mañana y te digo lo que me contesten .... -Está bien. Fíjate: yo sí me metí a jugar a la camioneta, pues mi tía me dijo que la cuidara mientras el señor ese le compraba unas memelas; pero mi tía se tardó un montón platicando y yo me aburrí, y como la camioneta estaba abierta me metí, y sin querer... -¡Pérate, pérate- interrumpe el guardia- no estoy entendiendo ni madre. Mejor déjame revisar el periódico. Aquí tengo uno... No manches, es una nota bien chiquita, ni fue importante. A ver, la leo y tú me dices dónde está el error: ‘Menor Provoca accidente. ‘El Yoni’, un niño de diez años, estuvo a punto de causar una tragedia al quitar el freno de mano a una camioneta cargada de tierra para jardín, misma que se proyectó sobre un puesto de antojitos, dejando por saldo dos personas heridas’...

-¡Andale!, hasta ahí va bien, pero el error es al final-, dijo entusiasmado el niño. -¡No me interrumpas chamaco!... ‘Los hechos tuvieron lugar ayer en la colonia Lombardo Toledano, cuando el niño Jonathan Susunaga Montiel se metió a jugar a la camioneta de modelo atrasado y le quitó el freno de mano, provocando que el vehículo avanzara lentamente, tomando fuerza hasta chocar sobre un estanquillo, dejando heridos en el lugar a la señora Bertha Montiel Jiménez de 46 años, tía del menor, misma que presentó esguince de tobillo, y el conductor del vehículo, Mario González Santiago, de 53 años, que desayunaba en el lugar de los hechos y, que de acuerdo al reporte de los paramédicos que acudieron el lugar, no presentó lesiones graves. Al parecer, el daño más visible lo tuvo el niño causante del accidente, pues según el reporte perdió varias piezas dentales. Los daños se estiman en 7 mil pesos...

-¡Ese es el error, mi Fer! Te lo dije!, ¡sí se equivocaron!...

-¡Cálmate, pinche Yony!, por cierto, hasta orita sé cómo te llamas. Pero a ver, ¿dónde está el error? ¿Están mal los nombres? ¿Hubo más lesionados? -No, todo está bien; bueno, mi tía sí está malita de su pie, y muy enojada conmigo, pero... -¡Pero qué, pinche chamaco!respondió molesto el vigilante.

Como si hablara consigo mismo, el niño dijo avergonzado: -Bueno, el señor también se enojó pero ya me perdonó, aunque la camioneta sí quedó bien abollada...

-¡O me dices qué chingaos es o te doy tus zapes!...

-Todo está bien. Pero no es cierto eso de las piezas dentales-, dijo conciliador el niño. -¡No me chingues!, ¿A poco sabes qué es eso? A ver, abre la boca... -el vigilante observa la dentadura de Yoni- ¡Ya ves, mocoso, sí te faltan dientes, o sea que el chismoso eres tú!

Herido en su orgullo, el jovencito sentenció: ¡Yo no soy mentiroso, ustedes se equivocaron!.. A mí no me pasó nada, sólo me asusté un poco pero no perdí ningún diente... ¡yo ya era chimuelo desde antes! Y ya mejor me voy, sigan de pinches chismosos.

VERDE LIMÓN

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2023-02-05T08:00:00.0000000Z

2023-02-05T08:00:00.0000000Z

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